Poco
después de completar su coleccion, Kale decidio hacer algunas reformas
en la inmensa galeria donde colgaban las pinturas. Fueron todas
recogidas y almacenadas en el salon de baile, igualmente amplio, vueltas
contra la pared. Mientras duraban las obras, Kale y su familia
utilizaron como refugio un hotel cercano.
Fue
en ese hotel donde Kale conocio a Jules. Jules era un frances de pura
cepa, el tipico frances cuya conversacion se asemeja a un ejercicio de
gimnasia. Era nervioso, rapido y agil, y segun explico a Kale
confidencialmente, no solo era pintor, sino un serio conocedor de las
Bellas Artes.
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